El colesterol no es malo de por sí, el cuerpo lo
necesita para funcionar. Pero la presencia en exceso de colesterol LDL
(conocido como "malo") contribuye a la formación de placas en las
paredes de las arterias, que estrechan o bloquean el flujo de sangre y que
pueden derivar en infartos cardíacos o ataques
cerebrovasculares.
Si bien hay medicamentos que
ayudan a controlar el colesterol, los factores vinculados
al estilo de vida son pilares en la estrategia y no
pueden ser reemplazados por los fármacos.
Pero, ante todo, todas las
personas adultas deben estar atentas a los síntomas que el
mismo cuerpo revela cuando los niveles empiezan a crecer. Estos son
los 10 más comunes e importantes.
Inflamación y adormecimiento
en extremidades
La inflamación y sensación de
adormecimiento de las extremidades es uno de los síntomas iniciales del
colesterol alto. Esta reacción se produce porque los lípidos acumulados impiden una circulación óptima, por lo
que disminuye el paso del oxígeno y los nutrientes hacia los músculos.
Mal aliento
El mal aliento o halitosis es
una señal muy común en los pacientes que podían estar teniendo problemas de
colesterol. Dado que esta sustancia es segregada en el hígado, su acumulación
excesiva dificulta la digestión, lo cual se manifiesta con sequedad y
olores desagradables en la boca.
Pesadez estomacal e
indigestión
El exceso de lípidos en la
sangre y el hígado afecta el metabolismo, e impide el desarrollo del proceso
digestivo de forma normal, sobre todo, al ingerir alimentos con altos
contenidos de grasa. Por ello, los niveles altos de colesterol malo (LDL) y
total suelen conllevar a continuos episodios de indigestión y pesadez.
Mareos y dolores de cabeza
A medida que el colesterol se
deposita en las arterias, la circulación se ve cada vez más afectada y, por
ende, la oxigenación celular se ve interrumpida. Esto se
manifiesta mediante continuos mareos, pérdida del equilibrio y fuertes cefaleas
tensionales.
Problemas visuales
Es común que los pacientes con
niveles de colesterol LDL alto presenten un abultamiento amarillo en los ojos,
irritación y visión borrosa.
Estreñimiento
La acumulación de lípidos en
las arterias afecta el proceso digestivo. En otras
palabras, dado que la motilidad intestinal disminuye, pueden aparecer episodios
de estreñimiento.
Dolor en el pecho
El dolor en el pecho es un
síntoma muy fácil de identificar. Casi siempre es un motivo de consulta médica
inmediata. Aunque son muchas las enfermedades asociadas a su aparición, la
mayoría de los casos tienen que ver con los efectos del colesterol LDL
alto.
Disfunción eréctil, debilidad
y fatiga
En los hombres, el colesterol
alto puede interferir en su función sexual normal. La acumulación de estos
lípidos en los vasos sanguíneos empeora el paso de la
sangre, también la que se dirige hacia los órganos sexuales. Y, en
consecuencia, se puede ver afectada la función eréctil. La sensación de
debilidad, la fatiga y el deseo de dormir, en horas no
habituales y de forma continua, suelen derivarse de: deficiencias
nutricionales, exceso de actividad física, una enfermedad o bien, niveles de
colesterol altos.
Afecciones cutáneas
Dentro de los síntomas de
colesterol alto también se pueden incluir las afecciones cutáneas, como la urticaria y otras. A menudo, se manifiestan a través
de manchas rojizas, inflamación y una incómoda sensación de picor que suele ser
difícil de controlar.
Piedras en la vesícula biliar
El colesterol juega un papel
importante en la secreción de bilis, una sustancia que
ayuda a digerir las grasas y descomponer los alimentos. Pero cuando este se
encuentra demasiado concentrado se puede convertir en cristales y piedras duras
que se quedan en la vesícula biliar. Por este motivo -más allá de otros
factores- la aparición de cálculos biliares podría ser una señal de colesterol
elevado.