Por Guillermina P.
Eidenson*
Sin dudas, este 2020 será recordado por la humanidad como un año plagado de incertidumbre y temor, a causa de un virus emergente de la familia Coronaviridae, llamado SARS-CoV-2, causante de CoViD-19.
Todas nuestras rutinas han debido modificarse: al
inicio, por las medidas de aislamiento social, que tuvieron como objetivo
disminuir la circulación de las personas para evitar su infección, y permitir
al sistema sanitario fortalecerse, al tiempo que la población recibiría
información para entender qué sucede con este virus, y adherir a las medidas
que mitigan su transmisión. Y luego, adaptando lo cotidiano a la “nueva
normalidad”.
Con estas medidas de aislamiento se suspendieron todos
los procedimientos diagnósticos médicos, incluidos los famosos estudios de
detección temprana o screening, poniendo el foco de los sistemas de salud en la
atención de los infectados. Con el correr de las semanas y la flexibilización
del aislamiento, los centros médicos paulatinamente volvieron a brindar sus
servicios. Sin embargo, en todo el mundo se observa cierta reticencia a
realizar consultas, suscitadas en el temor al contagio en dichos centros
médicos y consultorios.
Varias publicaciones internacionales dan cuenta del
impacto que ocasionaría la demora en el diagnóstico de cáncer, y consecuente
retraso en el tratamiento; entre ellas, la prestigiosa revista Lancet Oncology
publicó un trabajo que mide un aumento del 9-10% en las muertes asociadas a los
cuatro cánceres más frecuentes, en el Reino Unido. Estos datos son extrapolables
a nuestro país.
Entonces, qué hacer con el control mamario: primero, realizar
la consulta con el especialista (mastólogo), en forma presencial o vía
Telemedicina (los consultorios virtuales han sido nuestra mejor herramienta durante
la etapa de aislamiento obligatorio) para continuar la atención de pacientes en
control anual o semestral (BIRADS 3), con síntomas, o en seguimiento oncológico;
segundo, concurrir al Centro de Diagnóstico mamario de preferencia. Consulte
sobre las normativas de seguridad que cada uno ha implementado; si cumplimos
con normas simples y somos responsables, realizar controles resulta seguro.
¿Qué sucede con las pacientes a las que se les
diagnostica cáncer de mama durante esta pandemia y cuarentena? En los primeros
días de abril, las Sociedades científicas involucradas en el cuidado de la
salud mamaria (entre ellas, nuestra Sociedad Argentina de Mastología),
publicaron recomendaciones que guían nuestro accionar: si las condiciones
sanitarias lo permiten, la cirugía puede realizarse. Si no fuera factible (o no
fuera la preferencia de la paciente, por temor al contagio durante la estadía
en el hospital), puede realizarse neoadyuvancia que consiste en recibir
tratamiento con drogas (quimioterapia u hormonoterapia) antes de la cirugía, y
una vez que resulte seguro, operar. Estudios científicos aseguran que esta
alternativa de tratamiento es tan segura como realizar la cirugía en primer
lugar, en cuanto a la evolución de la enfermedad. Algunas cirugías
reconstructivas pueden realizarse, pero se posponen otras (segundos tiempos de
la reconstrucción con prótesis, la reconstrucción con tejidos propios
(colgajos) y las cirugías de reducción de riesgo.
En resumen: realizar los controles mamarios es seguro,
y, sobre todo, necesario. Recordar siempre que, si se diagnostica
tempranamente, la posibilidad de curación del cáncer de mama es muy alta. Contáctese
con la o el profesional de su confianza para que indiquen cómo hacer esos
controles. Y si se diagnosticara cáncer, existen alternativas de tratamiento
que aseguran el control de la enfermedad.