Todos los 28 de julio se celebra el Día Mundial de la
Hepatitis, cuyo objetivo es concientizar sobre las hepatitis virales que
afectan al hígado, pudiendo alguna de ellas ocasionar hepatitis crónica,
cirrosis y aún cáncer hepático.
Hay cinco virus principales capaces de causar hepatitis: A,
B, C, D y E. Merece destacarse que las hepatitis B y C juntas constituyen la
mayor causa de muerte, produciendo en el mundo, 1,4 millones de defunciones al
año, pero la mayoría de los líderes mundiales y el público en general lo
desconocen. En plena pandemia de COVID-19, las hepatitis virales siguen
ocasionando la muerte a miles de personas cada día.
El número de muertes por hepatitis se ha incrementado en los
últimos 20 años, lo que representa un indicio de la falta de concientización y
acción a nivel mundial, en especial entre los responsables de tomar decisiones.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) pide a todos los
países que colaboren para eliminar las hepatitis virales como problema de salud
pública de aquí al 2030. La baja cobertura de las pruebas diagnósticas y del
tratamiento es el mayor problema a resolver para lograr este objetivo.
Se destacan las siguientes acciones fundamentales, para una concientización oportuna:
·
Proteger a los lactantes de la infección. Todos
los recién nacidos deberían ser vacunados
contra la hepatitis B al nacer y recibir posteriormente al
menos 2 dosis adicionales. Solamente
el 42% de los niños reciben la dosis de la vacuna contra la
hepatitis B prevista al nacer.
·
Detener la transmisión de madre a hijo. Todas
las embarazadas deberían someterse a pruebas
de rutina para detectar la hepatitis B, la infección por el
VIH y la sífilis y recibir el tratamiento
necesario.
·
Todas las personas deberían tener acceso a los
servicios de prevención, pruebas y tratamiento
de la hepatitis, incluidas las personas que se inyectan
drogas, los reclusos, los migrantes y los
grupos de población más afectados.
·
Ampliar el acceso a las pruebas y al
tratamiento. Solamente el 10% de los casos de hepatitis B y el 19% de los de
hepatitis C saben que están infectados, debido a que pueden desarrollar un curso
asintomático durante años o décadas. El diagnóstico y el tratamiento oportuno
de la hepatitis B y C puede salvar vidas.
Es fundamental conocer y difundir la existencia de
alternativas efectivas de acuerdo al tipo de hepatitis, para su prevención,
diagnóstico y tratamiento.
Existen vacunas seguras y eficaces, incorporadas al
Calendario Nacional de Vacunación, destinadas a prevenir las hepatitis A y B.
Argentina fue el primer país en Latinoamérica en incorporarlas.
Actualmente, disponemos de medicamentos efectivos para el
tratamiento de la hepatitis C, logrando la curación en la casi totalidad de los
casos.
El lema de campaña de la OMS, para el Día Mundial de la
Hepatitis de este año es:
“Un futuro libre
de hepatitis”.
Comité de Hepatología