Las frutas y verduras
son componentes importantes de una dieta saludable. Un bajo consumo de frutas y
verduras está asociado a una mala salud y a un mayor riesgo de enfermedades no
transmisibles. Se estima que en 2017 unos 3,9 millones de muertes se debieron a
un consumo inadecuado de frutas y verduras (1).
Incorporar las frutas
y verduras a la dieta diaria puede reducir el riesgo de algunas enfermedades no
transmisibles, como las cardiopatías y determinados tipos de cáncer. También
existen algunos datos que indican que cuando se consumen como parte de una dieta
saludable baja en grasas, azúcares y sal (o sodio), las frutas y verduras
también pueden contribuir a prevenir el aumento de peso y reducir el riesgo de
obesidad, un factor de riesgo independiente de las enfermedades no
transmisibles.
Además, las frutas y
las verduras son una fuente rica de vitaminas y minerales, fibra alimentaria y
todo un cúmulo de sustancias no nutrientes beneficiosas, como fitoesteroles,
flavonoides y otros antioxidantes. El consumo variado de frutas y verduras
ayuda a asegurar una ingesta adecuada de muchos de esos nutrientes esenciales.
Recomendaciones de la
OMS
Como parte de una
dieta saludable baja en grasas, azúcares y sodio, la OMS recomienda consumir
más de 400 gramos de frutas y verduras al día para mejorar la salud general y
reducir el riesgo de determinadas enfermedades no transmisibles.
Fuente: OMS Organización Mundial de la Salud